Lo primero que pensé cuando conocí (por los medios de comunicación) cual será la "marca turística" de Pamplona (lo de Pamplona-Iruña ni nos lo planteamos), fue el escaso respeto que UPN y el equipo municipal de Barcina han tenido hacia la representación democrática del ayuntamiento y hacia la propia ciudadanía. ¿Cómo es posible que ante la decisión de lo que va a ser la imagen de nuestra ciudad al exterior no se dé participación ni a asociaciones vecinales, ni a la ciudadanía, ni siquiera a los y las Concejales del Ayuntamiento? El procedimiento que han seguido ha sido el de aprobarlo en el equipo de gobierno de UPN e ir directamente a los medios de comunicación. Visto lo visto, lo cierto es que no me extrañó.
Lo segundo que pensé fue:¿cómo es posible que se excluya a la mitad de la ciudad? Es decir, ¿como es posible que la marca sea en perfecto monolingüe y no se respete el nombre de la ciudad que es Pamplona-Iruña?. Evidentemente forma parte de la obsesión de Barcina por esconder la realidad euskaldun de Iruñea. Pero eso tampoco me extrañó.
Sí he de reconocer que, una vez planteadas las cuestiones anteriores, me quedé mirando fíjamente el recién estrenado logotipo y me pregunté ¿nos hemos visto antes? Tu cara me resulta familiar. Tras unos pocos minutos navegando por google, comprendí por qué, al ver el logotipo de marras tenía esa extraña sensación de estar ante un viejo conocido. Vean las imágenes y juzguen ustedes mismos-as.
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