2014/03/03

TRANSFORMACIÓN DE LA ZONA DE TRINITARIOS Y LA ANTIGUA KOSTERAPEA


La pasada semana el Ayuntamiento recibió la obra del nuevo parque de Trinitarios y del Paseo de Kosterapea, dando cierre a uno de los expedientes más longevos del Consistorio, que ha ocupado a casi todas las corporaciones desde finales de los años ochenta y principios de los noventa.
El expediente, conocido como “el 20/22”, consistía en la generación de un área de reparto entre los suelos del solar de Iturrama Nuevo y los de Trinitarios, con el fin de poner estos últimos en manos municipales y poder desarrollar urbanísticamente una zona que supone el acceso norte al centro de la Ciudad. Tras casi 30 años de pleitos, finalmente el expediente se desbloqueó el pasado mandato, y pudo empezarse con la transformación del meandro de Trinitarios. 
       Empezando por el sistema viario: la antigua Avenida de Gipuzkoa pasa a ser un paseo peatonal integrado en el parque (al que se le ha dado, a propuesta de Aralar, el nombre de Paseo de Kosterapea), y el vial pasa a la parte trasera de las Oblatas. El sistema viario está completado a la espera de que la situación económica permita la construcción del nuevo puente de Cuatrovientos. Cuando este se desarrolle, el actual puente recuperaría su configuración y aspecto original, pasando a ser un puente peatonal.
Por otro lado, en la recuperación de la zona, está la construcción del Parque de Trinitarios, de la cual se ha ejecutado la primera fase, en la zona más cercana al río, desde la Pasarela de lo Tubos en Sanduzelai, a través del meandro, hasta el acceso al Puente de Santa Engracia, antiguos jardines de Villa Miranda. Falta la segunda fase, que se desarrollaría en la zona de la antigua vía del plazaola, en los terrenos de los que fue el depósito de la grúa municipal.
Además, frente a la residencia de Oblatas, se ha creado una gran pradera que también forma parte del parque de Trinitarios
Estas actuaciones contribuyen a mejorar la conectividad entre los barrios de Sanduzelai, Buztintxuri y Arrotxapea, permitiendo un mejor acceso hacia el Casco Antiguo, a través del Paseo de Kosterapea. Además, se la da continuidad al Parque Fluvial del Arga, que hasta ahora se perdía en el meandro de Trinitarios, y se favorece la puesta en valor de estos barrios de la ribera del viejo Runa.
Cierto es que aún quedan actuaciones fundamentales que deben llevarse a cabo en la zona, como es favorecer la unión entre las dos zonas del parque, calmando el tráfico de la Avenida de Gipuzkoa y dando solución al carril bici, que, simplemente, deja de existir en el tramo entre el Puente de Cuatro-Vientos y el Puente de las Oblatas, tal y como lo aprobó el Pleno.

EL NOMBRE DE LA ROSA: ¿Trinitarios o Kosterapea?
El nombre de “Playa de Trinitarios” le viene al meandro del antiguo convento de los Trinitarios que existió hasta la guerra de la Convención. En el año 1796, se mandó derribar, al igual que ocurrió con muchas construcciones de extramuros, como táctica militar, para no favorecer el asentamiento de las “tropas enemigas” a las puertas de la ciudad y no facilitar un posible sitio. 
        Sin embargo, lógicamente, los iruindarras ya tenían un nombre para referirse a los campos que se extendían a lo largo del meandro antes de que los Trinitarios edificaran su convento en extramuros de la vieja Iruñea allá por el año1608. Y ese nombre no era otro que el de Kosterapea, topónimo recogido por Patxi Salaberri y José María Jimeno Jurío en su obra Toponimia Navarra. VIII. Cuenca de Pamplona. Pamplona/ Iruña. Kosterapea tiene un significado muy lógico y sencillo: hace mención a los terrenos que quedaban bajo la cuesta, la “costería” o la “Guardería de la Ciudad” (tal y como señalan Salaberri y Jimeno Jurío), que era todo el terreno que queda a la bajada de San Lorenzo, más o menos a partir de la zona superior del tunel del ferrocarril del Plazaola.
La recuperación del antiguo topónimo, poniéndole su nombre al paseo peatonal, integrado en el Parque, que va desde el Puente de Cuatrovientos hasta el Tunel del Plazaola, (aunque sólo está ejecutado, por el momento, el tramo desde aquí hasta el Puente de Oblatas), es una buena forma de conjugar el desarrollo de la ciudad con la historia de la antigua Pamplona.
        Porque, en la construcción de la nueva Iruñea debemos tener en cuenta nuestra historia y la recuperación de la memoria colectiva, que en Iruñea es profunda, rica y arraigada.




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