Hoy se ha confirmado que Simón Santamaría ha decidido continuar como Jefe de la Policía Municipal de Pamplona. En mi opinión, esta noticia evidencia la falta de autoridad política que el nuevo alcalde Enrique Maya está demostrando. Y es que el nombramiento, en la práctica no lo ha decidido el Alcalde sino que la decisión la ha tomado el propio Santamaría, que es quien ha tonado la determinación de seguir en el cargo. Además, con este hecho Maya se convierte así en heredero de los fantasmas del pasado de Barcina, en este caso en cuanto a la política de Seguridad Ciudadana. Como consecuencia directa de lo anterior, al nuevo alcalde le va resultar harto complicado marcar perfil propio en algo tan fundamental para la ciudad como la política de Seguridad Ciudadana.
Me pregunto pregunto si, en el caso de que UPN hubiera controlado la cartera de interior en el Gobierno de Navarra, Simón Santamaría hubiera repetido como Jefe de la Policía Municipal. Y es que no en vano este hecho viene a confirmar lo que ya dijeramos durante la campaña electoral de que Enrique Maya más que un alcalde va a ser un gerente que gestionará las decisiones políticas que tomen personas ajenas a este Ayuntamiento por intereses ajenos a los de esta Ciudad. Si Enrique Maya quiere marcar perfil propio y ejercer la dirección política de Pamplona, antes o después tendrá que despojarse de las ataduras del pasado que le ha impuesto Barcina, de lo contrario estará condenado a ser siempre un adjunto.
Al margen de la anterior consideración política, desde el punto de las consecuencias que esta noticia va a tener para la ciudad, creo que se trata de una pésima noticia para el futuro de la Policía Municipal y para la adecuada gestión de la Seguridad Ciudadana en Pamplona:
No olvidemos Santamaría ha contribuído a crear el clima de crispación que Barcina ha dejado tras su paso por la alcaldía, dirigiendo a la Policía Municipal políticamente en contra de la pluralidad de esta ciudad.
De hecho, ha sido reprobado por la mayoría social y democrática de la ciudad y por el Pleno del Ayuntamiento que pidió su cese en varias ocasiones.No es de recibo que quien ha sido reprobada en varias ocasiones por el Pleno del Ayuntamiento y, por extensión, por la mayoría social de la ciudad sea de nuevo nombrado para el ejercicio del cargo.
Incluso los propios Policías Municipales y la representación de los trabajadores del Ayuntamiento pidieron la destitución por sus formas autoritarias y sus políticas imposisitivas “propias de un sheriff de un far west almeriense”, según sentenció la propia Comisión de Personal del Ayuntamiento.
Y todo lo anterior porque ha llevado a la Policía Municipal de escándalo en escándalo (camisetas de perros polícía, horas extras, oposiciones a cabo, sanciones a polícias por denunciar a coches oficiales mal aparcados, paliza a un detenido en dependiencias policiales, intervenciones contra la ikurriña, las fiestas de los barrios, olentzeros...), generando un clima irrespirable entre la plantilla de la policía municipal.
De esta manera ha contribuido a la degradadación de la imagen social de la Policía Municipal que, tras su mando ha pasado de ser una policía de cercanía y próxima al vecino a ser una policía meramente intervencionista, de respuesta y alejada de los ciudadanos. Ha cortado las alas a la posibilidad de implantar un nuevo modelo de policía municipal en Iruñea, como policía local, democrática, de servicio, moderna y de proximidad.
En Nafarroa Bai no podemos dejar de reafirmarnos en la urgente necesidad que tiene esta Ciudad para desarrollar un cambio en el modelo de la Policía Municipal, avanzando hacia una nueva policía de servicio, cercana a la ciudadanía, que base su actuar en la prevencíon y modos de actuar democráticos y eficaces, y para ello insta al alcalde a reconsiderar el nombramiento en cuanto al Jefe de la Policía Municipal
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