LOCURA DE AMOR EN EL AYUNTAMIENTO DE PAMPLONA

Locura de amor la que tenemos últimamente en el Ayuntamiento de Pamplona. Y no es por los contínuos flirteos de los ediles del PSN con Barcina y UPN (amor no correspondido en algunos momentos, a juzgar por el ninguneo que UPN está sometiendo al PSN con contínuos incumplimientos de los escasos "logros" de su pacto presupuestario). No es ese el tema del ambiente cupidístico (si es que existe el palabro) que se da en la Casa Consistorial. El motivo de este post y del ruego que realicé en el Pleno de ayer, es que, tal y como hemos podido conocer a través de diversos medios de comunicación, UPN en el Ayuntamiento de Pamplona ha organizado diversos actos con motivo de la festividad de San Valentín.

Dicha festividad, como es conocido, es propia de la cultura norteamericana, habiendo sido fomentada con ánimo mercantilista y como mero fomento de la sociedad de consumo, por diversas marcas comerciales entre las que se encuentra un conocido centro comercial, que acabó ocupando una jugosa parcela en el centro de nuestra Ciudad.

Pues bien, como quiera que se trata de una tradición importada, el día de San Valentín es una tradición ajena a nuestra Ciudad y a nuestra cultura.

Pamplona cuenta con numerosísimas tradiciones propias, ricas culturalmente, algunas de ellas que vienen de tiempos ancestrales. Y por citar algunas de ellas, sólo en febrero, tenemos los días de la Candelaria, San Blas, Santa Águeda o los propios carnavales (carnavales que, con la excepción de algunos barrios, como Donibane, lo cierto es que no terminan de cuajar, pero que estaría muy bien fomentarlos).

Por eso creo que haría muy bien la Alcaldesa y el grupo de UPN en fomentar la cultura propia y las tradiciones de Pamplona, más que importar mercantilizados días de San Valentín totalmente ajenos a la Vieja Iruñea y más propios de la cultura yankee.

Tenemos la suerte en Iruñea, y en nuestro Pueblo de contar con uno de los Folklores más ricos de Europa. Fomentemos de verdad nuestro folklore, nuestra cultura y nuestras tradiciones, y dejémonos de inventos e importaciones comerciales.