Según publica hoy Diario de Noticias, un policía municipal ha sido sancionado por destruir pruebas que le incirminaban en unos hechos presuntamente delictivo. Según la publicación aparecida en prensa, el policía grabó con una cámara en los vestuarios de unas piscinas públicas a otros usuarios de las instalaciones. Posteriormente fue detenido pero tuvo acceso a la cámara y sacó la tarjeta de memoria para borrar las fotos.
Pese a que Barcina (UPN) ha salido al paso diciendo que sanción es ejemplo de control en la Policía Municipal, no puedo estar de acuerdo con ella pues lo cierto es que en torno a este caso hay importantes claro-oscuros.
En primer lugar por la falta de transparencia de UPN, pues hay que recordar que Nafarroa Bai realizó la pertinente pregunta en comisión sobre este caso no habiendo obtenido ninguna respuesta más allá de la información que aparece en prensa.
En este asunto hay extremos que aún permanecen en la penumbra, siendo necesario aclarar quien fue el responsable de que un detenido tuviera acceso a una prueba de cargo que podría haber sido fundamental.
Por eso es necesario aclarar si ha sido posible recuperar las pruebas y en qué medida, así como en qué grado puede afectar a un eventual procedimiento penal el hecho de la destrucción de las pruebas. Para aclarar estos hechos desde Nafarroa Bai hemos solicitado de inmediato el expediente completo, así como un informe del área de Seguridad Ciudadana que aclare estos extremos.
Si la destrucción de pruebas por parte de un detenido es un hecho gravísimo, no lo es menos el permitir que esas pruebas lleguen a manos del detenido dándole la oportunidad de destruírlas. Este es un extremos ante el que no existe la luz necesaria y que habrá que investigar exhaustivamente.
La conclusión que se extrae de todo esto se repite con otros capítulos que, desgraciadamente, están empañando a la Policía Municipal, y es que la falta constante de información y la falta de luz sobre el caso son una muestra más de la opacidad con la que Barcina gestiona una Policía Municipal que necesita un cambio urgente para hacer una Policía cercana, moderna, democrática y transparente.
Pese a que Barcina (UPN) ha salido al paso diciendo que sanción es ejemplo de control en la Policía Municipal, no puedo estar de acuerdo con ella pues lo cierto es que en torno a este caso hay importantes claro-oscuros.
En primer lugar por la falta de transparencia de UPN, pues hay que recordar que Nafarroa Bai realizó la pertinente pregunta en comisión sobre este caso no habiendo obtenido ninguna respuesta más allá de la información que aparece en prensa.
En este asunto hay extremos que aún permanecen en la penumbra, siendo necesario aclarar quien fue el responsable de que un detenido tuviera acceso a una prueba de cargo que podría haber sido fundamental.
Por eso es necesario aclarar si ha sido posible recuperar las pruebas y en qué medida, así como en qué grado puede afectar a un eventual procedimiento penal el hecho de la destrucción de las pruebas. Para aclarar estos hechos desde Nafarroa Bai hemos solicitado de inmediato el expediente completo, así como un informe del área de Seguridad Ciudadana que aclare estos extremos.
Si la destrucción de pruebas por parte de un detenido es un hecho gravísimo, no lo es menos el permitir que esas pruebas lleguen a manos del detenido dándole la oportunidad de destruírlas. Este es un extremos ante el que no existe la luz necesaria y que habrá que investigar exhaustivamente.
La conclusión que se extrae de todo esto se repite con otros capítulos que, desgraciadamente, están empañando a la Policía Municipal, y es que la falta constante de información y la falta de luz sobre el caso son una muestra más de la opacidad con la que Barcina gestiona una Policía Municipal que necesita un cambio urgente para hacer una Policía cercana, moderna, democrática y transparente.
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