2008/12/22

Y FUERON LLEGANDO AL PORTAL (Patxi Larrainzar)


Para desearos a todos que paseis los días de navidad lo mejor posible, os he "rescatado" un artículo que escribió Patxi Larrainzar allá por 1978, pero que en realidad podría estar en plena vigencia. Que lo disfrutéis:



Y FUERON LLEGANDO AL PORTAL
(Patxi Larrainzar, 1978)


Llegaron primero los ángeles, todas las huestes uniformadas de los ángeles de la guarda. Y su jefe preguntó a José:

-¿Qué, alguna novedad por aquí?
- Vaya que sí, capitán, mi mujer va a dar a luz.
- Claro, vosotros esperando siempre a vuestro salvador ¿no?. Pero ¿No sabéis que está prohibido parir al aire libre?
- Hacemos lo que podemos, o mejor, lo que nos dejan. No hemos encontrado ningún espacio libre, así que nos apartamos aquí, para alumbrar la nueva vida.
- Eso es, vosotros apartados de todo lo demás. Apunte, cabo: familia de separatistas. Y veamos, ¿cómo se va a llamar vuestro hijo?
- Jesús el Libertador.
-¡Lo que me temía, un nombre de nacionalistas, y rojos para más señas! Apunte, cabo: pandilla de judeo-masónicos. Pero dime, ¿Cuáles son vuestros medios de vida?
- Usted sabe, capitán, que han sido ustedes mismos los que nos han obligado a venir a nuestras fuentes, a la ciudad de nuestros orígenes.
- Apunte cabo: vagos y maleantes incursos en la Ley de Peligrosidad Social, ¡vaya ficha más completa, muchacho! ¿Y este asno, no lo habrás secuestrado?
-¿Secuestrar asnos? Somos gente pacífica, capitán.
-¿Sabes lo que pienso?, que sois una cuadrilla de bandidos, que vivís a costa del Imperio y encima no estáis contentos. Por cierto, ¿ya habéis pasado por la oficina para dejar la ficha según lo ordena el decreto constitucional de nuestro dios y señor?
- Acabamos de llegar, y mi mujer dará pronto a luz, en cuanto reúna todas sus fuerzas.
-¿No lo decía yo?, con vosotros hay que emplear el garrote para meteros en cintura. En cuanto amanezca, ya sabes, a declarar en el Registro lo contesto que estáis de ser siervos del Rey de Roma. Y ya decidiremos allí se ha de nacer o no vuestro hijo ¿entendido?
-Entendido.
-Ya me resultabais sospechosos con esas barbas y ese chucu chucu de vuestra lengua salvaje; que eso es lo que sois, unos salvajes. Se os ofrece la civilización más adelantada del occidente cristiano, y vosotros nada, al chucu chucu de vuestra idiosincrasia y todas esas leches. Aldeano, grita conmigo: ¡Gloria al Emperador!
- Gloria al emperador.
- Eso es, ¡Gloria al emperador en las alturas y guerra en la tierra de los hombres que rechazan a nuestro emperador! Apunte, cabo: patrullar esta zona constantemente y por si acaso. Vámonos ya.

Y se fueron.

Y llegaron después los pastores, muchos pastores de muchos borregos. Y uno dijo:

-¡Qué niño tan rubio!

Y otro dijo:

-¡Qué niño tan moreno!

Y otro dijo:

- No es ni rubio ni moreno sino todo lo contrario, pero, si os parece esto lo decidiremos en un concilio ¿vale?

Y entonces el primero exclamó:

- Lo que resulta escandaloso es que se meta el dedo en la nariz y no pare de llorar. Hay que hacer algo.

Y entonces el segundo dijo:

- Vamos a declararlo rey de una monarquía decente y corporativa. Y entonces el tercero añadió:
- Y declararemos también que está siempre a la derecha de Dios y que es de derechas de toda la vida.

Pero enseguida, el que llevaba la voz cantante, se puso enfático:

- Yo excomulgo a la oveja que niegue que este niño es omousios y patatín y patatán.

Y el que hablaba después, se puso Pili-dramático:
- Yo excomulgo al que niegue la ciencia infusa del recién nacido y que sabe, en consecuencia, que hará Osasuna el próximo domingo.
Y el que hablaba el último se puso lírico:

- Yo excomulgo al que afirme que este niño no sabe tocar el pianoforte y bailar por soleares.

Y todos a una voz exclamaron:

- ¡Que vengan los artistas y nos pinten escenas murillescas, y los músicos compongan misas en do y hasta en re mayor. Y que vengan arquitectos y levanten en su honor catedrales como catedrales!

Pero como el niño seguía llorando y metiéndose el dedo en la nariz, el pastor principal declaró:

- Cada lágrima suya es de valor infinito y bastaría para salvar a toda la humanidad, incluida Rusia y satélites adyacentes.

Y el pastor vicario le siguió:
- Y uno sólo de sus suspiros bastaría para reconciliar a las diversas clases sociales, bien entendido que no existen las tales clases sociales.

Y el pastor tercero en prelacía largó lo siguiente:
- Y uno sólo de sus moquitos bastaría para lavar todos los pecados del mundo, incluidos los del sexto, que ya es decir.

Y va y entonces, el pastor de la derecha se puso a gritar.
- ¡Me está mirando a mí!

Y el pastor que estaba a la izquierda admitió:
- ¡Claro, si me pongo en la derecha o en el centro, también me mira a mí! Y en ese momento San José se puso en pié y les dijo a todos:

-¡Andad a hacer puñetas!
Y los pastores, humillados, refunfuñaron por lo bajo:
-¡Pero qué modales tiene este hombre!

Y todos juntos declararon que aquel hombre ni siquiera era el padre, o a lo sumo, el padre putativo. Y después se fueron a hacer puñetas y otros buñuelos de ortodoxia, cada cual según su especie. Y el Niño quedó llorando.

Y llegaron por fin, los Magos. Melchor habló con María:

- Señora, para los pañalitos, Detergentín. Es único, los deja tan blanquísimos como un alma en gracia de Dios. Y para su futura vivienda, fíjese qué colección de pisos le ofrezco: en urbanización de montaña o de costa, y con portero, ascensor y calefacción, como corresponde a su alcurnia y excelsitud. Mire éste, qué pocholada, con moqueta y alfombras, el sueño de toda mujer decente. Y pagadero durante toda su vida, una verdadera ganga. Y para su marido, oiga, sorpréndale con algún detalle cariñoso; aquí tiene, por ejemplo, nuestros modelos de carruajes: cien camellos de potencia, berlina e poliéster y refrigeración, para gente encantadora como ustedes.
Herodes tiene uno de estos y le va de perlas. O si lo prefiere…

Y mientras María rumiaba todas esas cosas, Gaspar hablaba con José

- ¿Ha asegurado ya a su hijo contra cualquier posible accidente?

Pero José le cortó:
- No me merece la pena: se lo van a cargar muy pronto.

- Pues entonces, piense en su mujer, en esas sus manos adorables que no deben estropearse lavando y lavando; mire, le recomiendo Super-Laver automática, y el lavavajillas Descansín, para que ella pueda entretanto rezar, porque ella se lo merece todo. Y si le parece mejor, cómprele un juego completo de mantas de pura-lana-virgen, como corresponde a una pura-madre-virgen. O a lo mejor y con tan fausto acontecimiento, está pensando en regalarle sus prendas más íntimas, que las tengo finísimas, fíjese qué delicadeza, y hasta qué picaronas.

Pero José, con bastante buen humor, le respondió:
- A mi plan, yo duermo en el suelín.

Así que, nos acercamos al pesebre y escuchamos a Baltasar, que le dice al recién nacido:

- Niño, ¿ya tienes el juguete Superman?
- ¡Ji-ji!
- ¿Y el satélite Gamma?
- ¡Ji-Ji!
- ¿Y la pistolita Zeta?
- ¡Ji-ji!

Y Baltasar, confundido, dijo a sus colegas:

- Oye, hemos debido de equivocarnos: esta familia es muy rara, no tiene nada y no hacen más que reírse. Vámonos de aquí.

Y se fueron los Reyes Magos no sin antes recomendar:

- Sagrada Familia, sois la cédula básica de nuestra sociedad de consumo, así que, manteneos unidos y os daremos oro, incienso y varios vales para una rifa, porque familia que consume unida, permanece unida.

Y corrieron a buscar a Herodes, y a pedirle permiso para implantar en el país las multinacionales. Y Herodes se lo dio, fifty, fifty, o sea, el chollo a medias.
Y después de tanta visita, José recibió en sueños un aviso del ángel para que se fueran de aquella tierra. Pero José respondió:

- Nosotros somos de aquí, y aquí nos quedamos. Ya se irán todos estos éstos, que son forasteros en nuestra patria. Y con más razón ahora que va a nacer la Nueva Vida!

Y la Nueva Vida nació. Y ahí está.

Patxi Larrainzar, 1978.

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