Atzerapausorik ez. Ese era el lema del acto que desde ARALAR hemos organizado esta mañana en la Plaza de San Nicolás de Pamplona. Un acto basado en una escenificación teatral en la cual hemos querido interactuar con la ciudadanía para hacerles llegar un mensaje muy claro: la conquista de los Derechos Sociales se ha producido gracias a muchísimos años (siglos) de trabajo, y no podemos permitir que nos las arrebaten de un plumazo. Ni un paso atrás ante el retroceso que se está produciendo en cuanto a Derechos Sociales. En particular en lo que a las medidas puestas en marcha por el Gobierno Central se refiere.
Las medidas anticrisis de Zapatero suponen una regresión desde el punto de vista social y una pésima noticia para el mantenimiento del Estado Social.
Al fin y al cabo son medidas de marcado carácter neoliberal y que pueden generar un deterioro de los servicios públicos, en el caso de la bajada de sueldos a los trabajadores de la administración. Pero especialmente graves son las medidas antisociales como la congelación de los derechos en materia de dependencia, el rebaje de las pensiones o la congelación y supresión de las ayudas a la cooperación al desarrollo. Máxime cuando se producen precisamente en el mes en que el consumo se va a ver gravado un 2% por encima, puesto que el IVA va a pasar de un tipo del 16% a un tipo del 18%. Las pensiones y las ayudas a la dependencia se congelan al tiempo que la vida se va a encarecer, puesto que el IVA sube al 18%.
Se trata medidas cuya eficacia no está garantizada, ya que podrían generar un retraso en la recuperación de la actividad, el consumo y el empleo.
Esa reforma absolutamente injusta y contraria al Estado de Bienestar ha sido aprobada, en comandita, por PSOE con el impulso abstencionista de UPN. Lo cual prueba la perfecta simbiosis que existe entre PSN y UPN que, a día de hoy en poco o en nada se diferencias pues aplican las mismas políticas de Derechas y se apoyan mutuamente para sacarlas adelante tanto en Madrid como el Navarra.
La actitud de PSN y UPN es, sencillamente, deleznable, puesto que poco les preocupan las consecuencias que esas medidas antisociales vayan a tener en las personas, poco le preocupan a Roberto Jimenez o a Yolanda Barcina que los pensionistas vean reducida su pensión cuando la vida va a ser un 2% más cara. Lo único que les importan son las prebendas del poder. Igual que ocurre en los regímenes que están a punto de derrumbarse, UPN y PSN se apoyan mutuamente para intentar apuntalarse en el poder, como lo ha hecho Barcina con su abstención poco valiente ante las amenazas del PSN, o para colocarse en nuevos puestos, como en el caso del Consejo de Caja Navarra. No importa que bajen las pensiones o las ayudas a la dependencia, o que disminuya la cooperación al desarrollo. Lo que importan son las prebendas del poder.
Frente a todo eso hay que reivindicar nuevas recetas para hacer frente a la crisis. Empezando por una reforma del sistema fiscal desde un punto de vista progresista, que permita incrementar los ingresos públicos. Haciendo incapié en el principio de progresividad fiscal, y que debería encaminarse por tres ejes: 1º.- Aumentar la presión fiscal a las rentas más altas (que quienes más tienen, más aporten). 2º.- Endurecer la lucha contra el fraude fiscal y 3º.- Medidas de control de los mercados financieros para frenar las operaciones especulativas. Eso, junto a una reducción de los gastos suntuarios y un reforzamiento de los Servicios Públicos, especialmente de aquellos que prestan el servicio de bienestar social deberían ser la base para salir de la crisis.
Las medidas anticrisis de Zapatero suponen una regresión desde el punto de vista social y una pésima noticia para el mantenimiento del Estado Social.
Al fin y al cabo son medidas de marcado carácter neoliberal y que pueden generar un deterioro de los servicios públicos, en el caso de la bajada de sueldos a los trabajadores de la administración. Pero especialmente graves son las medidas antisociales como la congelación de los derechos en materia de dependencia, el rebaje de las pensiones o la congelación y supresión de las ayudas a la cooperación al desarrollo. Máxime cuando se producen precisamente en el mes en que el consumo se va a ver gravado un 2% por encima, puesto que el IVA va a pasar de un tipo del 16% a un tipo del 18%. Las pensiones y las ayudas a la dependencia se congelan al tiempo que la vida se va a encarecer, puesto que el IVA sube al 18%.
Se trata medidas cuya eficacia no está garantizada, ya que podrían generar un retraso en la recuperación de la actividad, el consumo y el empleo.
Esa reforma absolutamente injusta y contraria al Estado de Bienestar ha sido aprobada, en comandita, por PSOE con el impulso abstencionista de UPN. Lo cual prueba la perfecta simbiosis que existe entre PSN y UPN que, a día de hoy en poco o en nada se diferencias pues aplican las mismas políticas de Derechas y se apoyan mutuamente para sacarlas adelante tanto en Madrid como el Navarra.
La actitud de PSN y UPN es, sencillamente, deleznable, puesto que poco les preocupan las consecuencias que esas medidas antisociales vayan a tener en las personas, poco le preocupan a Roberto Jimenez o a Yolanda Barcina que los pensionistas vean reducida su pensión cuando la vida va a ser un 2% más cara. Lo único que les importan son las prebendas del poder. Igual que ocurre en los regímenes que están a punto de derrumbarse, UPN y PSN se apoyan mutuamente para intentar apuntalarse en el poder, como lo ha hecho Barcina con su abstención poco valiente ante las amenazas del PSN, o para colocarse en nuevos puestos, como en el caso del Consejo de Caja Navarra. No importa que bajen las pensiones o las ayudas a la dependencia, o que disminuya la cooperación al desarrollo. Lo que importan son las prebendas del poder.
Frente a todo eso hay que reivindicar nuevas recetas para hacer frente a la crisis. Empezando por una reforma del sistema fiscal desde un punto de vista progresista, que permita incrementar los ingresos públicos. Haciendo incapié en el principio de progresividad fiscal, y que debería encaminarse por tres ejes: 1º.- Aumentar la presión fiscal a las rentas más altas (que quienes más tienen, más aporten). 2º.- Endurecer la lucha contra el fraude fiscal y 3º.- Medidas de control de los mercados financieros para frenar las operaciones especulativas. Eso, junto a una reducción de los gastos suntuarios y un reforzamiento de los Servicios Públicos, especialmente de aquellos que prestan el servicio de bienestar social deberían ser la base para salir de la crisis.
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