2009/03/10

CONDE DE RODEZNO, O CÓMO REIRSE DE LA CIUDADANÍA



A estas alturas no voy a describir la vida y milagros de D. Tomás Dominguez Arévalo, Conde de Rodezno, pues creo que ya ha quedado suficientemente explicada tanto en diferentes comparencias que hemos hecho desde el Grupo Municipal como en la intervención del Pleno del pasado 5 de Marzo. El caso es que siendo que el Conde de Rodezno tiene una plaza en Pamplona, que se le dió en 1952 "para perpetuo reconocimiento de los grandes servicios prestados a la religión, a la Patria y a Navarra por el Excmo, Sr. don Tomás Dominguez de Arévalo, Conde de Rodezno", y siendo que existe en Navarra una Ley Foral de Símbolos que dice que habí que haber retirado la simbología franquista el el plazo de un año desde la entrada en vigor en Abril de 2003, y siendo además que hay una Ley Estatal de Memoria Histórica que desde 2007 obliga a retirar la simbológía franquista, pero sobre todo por el hecho de que más de 50.000 asesinatos de estado por motivos políticos (el 60% del PSOE y de la UGT) pesan sobre la espalda de el Conde de Rodezno, en Nafarroa Bai de Pamplona pensamos que ya era hora de retirar la denominación y los honores a semejante personaje. Que por cierto, después de su muerte en 1952 fue acreedor de los siguientes merecimientos: 1952, Franco le nombró Grande de España; 1952: la Diputación Franquista de Navarra lo nombró hijo predilecto de esta nuestra comunidad; 1952: el Ayuntamiento Franquista, siendo alcalde D. Javier Pueyo Bonet, le dio su nombre a una Plaza, 2003: Yolanda Barcina (UPN) le dio su nombre a una Sala de Exposiciones. Y por eso presentamos al Pleno del pasado jueves esa propuesta.
En su lugar nos parecía lo más idóneo denominar a esa plaza como Plaza de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, precisamente en contraposición de todo lo que representa la actual denominación, dedicada a quien se enargó de sentar las bases de la perpetua vulneración de los Derechos Humanos del Régimen Franquista.
En cualquier caso consideramos más importante que que la plaza se llame como quiere NABAI, que el nombre saliera del consenso de los/las 27 concejales de la Corporación.
Sin embargo cual nuestra (relativa) sorpresa al anunciar el portavoz de UPN que el equipo de Barcina había decidido retirarle toda la simbología franquista a la plaza y denominarle......PLAZA DEL CONDE DE RODEZNO ¿comoooooorrrrr? pues PLAZA DEL CONDE DE RODEZNO. Vamos, toda una burla a la voluntad mayoritaria del Pleno, que aprobó por mayoría retirar la denominación de Plaza del Conde de Rodezno. Los debates del Pleno, como era de esperar ante semejante panorama, se dieron con vehemencia.
En fin, en primer lugar hay que decir que UPN no tiene palabra, y que Yolanda Barcina tampoco tiene palabra, porque no cumplen aquello a lo que se han comprometido. Me explico, en el Pleno de 28/04/2003 UPn se comprometió, en palabras de su portavos Sánchez de Muniain, a lo siguiente: "UPN ha querido resaltar que va a cumplir todas las leyes, que las va a cumplir en su integridad y que también entre ellas esta Disposición Transitoria de supresión de toda referencia a la simbología franquista". 6 años después todavía estamos esperando. Pero es que, ese mismo Pleno (año 2003, y hace ya dos legislaturas), se aprobó precisamente una enmienda de UPN y CDN en el siguiente tenor literal: Se da lectura a la enmienda de sustitución presentada por U.P.N. y C.D.N., en la que se propone: «EL AYUNTAMIENTO de Pamplona reitera su voluntad de acatar y cumplir en su integridad todas las leyes y disposiciones emanadas de los poderes públicos y en particular la ley 24/2003, de 4 de abril de Símbolos de Navarra cuya disposición transitoria única expresa: "En el plazo de un año desde la entrada en vigor de esta Ley Foral, las autoridades en ella referidas, procederán a la retirada y sustitución de la simbología del régimen propia franquista. Aquellos símbolos que estén integrados en edificios declarados de carácter histórico-artístico serán sustituidos enviados para su custodia a la institución Príncipe de Viana, salvo que resulte materialmente imposible su sustitución"». Eso es a lo que se comprometió Barcina en su primer mandato como alcaldesa, y aún no lo ha cumplido. Barcina, definitivamente no tiene palabra. Pese a llevar muchos años en Navarra aún no ha aprendido que los navarros y las navarras somos principalmente gente de palabra.
Pero sobre todo, la decisión de Barcina es toda una burla a la ciudadanía y a toda la sociedad, que cree que ya es hora de acabar con cualquier atisbo de simbología del franquismo. Y sobre todo una soberana burla para todas las personas que precisamente porque lucharon en favor de la Libertad, la Dignidad del Ser Humano y los Valores Democráticos (y los pongo con mayúscula proque esas gentes sí que pelearon por la democracia de verdad), y precisamente por su defensa de la Democracia fueron asesinadas y sometidas a la más denigrante represión por personajes como el Conde de Rodezno y actualmente quieren ser condenados también al más cruel de los olvidos y al más terrible de los ostracismos, por partidos como UPN, que, cuando lo único que se está pidiendo es un poquito de dignidad para con esas personas, sólo se dedican a sortear la Ley, incapaces de romper amarras con un pasado cuya sombra se cierne aún sobre la derecha navarra.
Pero esa treta de Barcina supone además una forma de intentar burlar la Ley. Lo cual es una falta de respeto a la Democracia, porque a la Ley no hay que obedecerla solamente por ser Ley en el sentido formal de la misma, a la Ley debe obedecérsele, principalmente por ser la materialización normativa de la máxima expresión de la voluntad popular aprobada en una cámara legislativa elegida por sufragio universal. Es decir, que la Ley es una "ancilla democratica", servidora de la democracia, y nulo respeto demuestra hacia la Democracia quien busca burdas tretas para sortear la Ley.
En definitiva: El Pleno aprobó retirar la denominación de Conde Rodezno a esa plaza. UPN quiere que se siga llamando Conde de Rodezno. Y para imponer su voluntad minoritaria, Barcina ha sacado a relucir su estilo impositivo y toda su soberbia, para que, aún sorteando las leyes, aún desoyendo a la voluntada mayoritaria y democrática de la Ciudad, la plaza siga llevando el nombre del primer ministro de Justicia de Franco. Es evidente que UPN y Yolanda Barcina siguen teniendo serias dificultades para desvincularse del Franquismo.

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