Simón Santamaría denunciará "por bajo rendimiento" a los policías que denuncien poco. Así titula hoy Diario de Noticias un reportaje según el cual Barcina y Santamaría pretenden hacer frente a la huelga de bolis caídos (que, según informan algunos medios de comunicación, se ha puesto en marcha en las diferentes policías de Navarra en protesta por la nueva Ley de Policía) a través de sanciones disciplinarias y apertura de expedientes contra aquellos policías municipales que no pongan un número de denuncias que a ellos les parezcan "suficientes".
De esta manera Yolanda Barcina y Simón Santamaría se acaban de zambullir directamente en la dinámica inoportunamente abierta por UPN en el Gobierno de Navarra de la nueva Ley de Policías de Navarra. Ley que, con esta actitud, tanto Santamaría como Barcina vienen a suscribir plenamente. Es más, pretenden ser los primeros en ponerla en marcha cuando, curiosamente, aún ni siquiera ha sido publicada en el BON.
Es curioso como la alcaldesa y el jefe de la policía municipal han entrado de lleno en el juego de una inoportuna Ley de Policías que resulta ser tremendamente restrictiva para los funcionarios afectados y sobre la cual se ciernen serias dudas de constitucionalidad. De hecho, estamos de que el Consejo de Navarra se pronuncia al respecto a través del dictamen propuesto por Nafarroa Bai.
La forma de tirarse a esta piscina (en la que no se ve claro si hay o no agua) ha sido, en cualquier caso torpona y en la línea impositiva que tanto la primera edil como el agente nº 001 de los municipales nos tienen acostumbrados. ¡Como si la calidad o la eficiencia de la Policía Municipal pudiera medirse por el número de denuncias que interponen! Ni un buen servicio de seguridad ciudadana puede calcularse "a peso", en parámetros de número de multas, ni la coacción y la amenaza de los expedientes disciplinarios son nunca un buen acicate para que los policías presten un servicio eficaz. Lo único que realmente conseguirá recuperar a la Policía Municipal como un cuerpo de calidad y apreciado por vecinos y vecinos será la puesta en marcha de un modelo de policía de proximidad, cercanía y eficacia, y no los expedientes disciplinarios para ahogar reivindicaciones profesionales.
A Barcina le quedan pocos meses como alcaldesa de Pamplona. Exactamente los mismos que le quedan a Simón Santamaría como jefe de la policía muncipal. Creo que harían mejor intentando pasar ese poco tiempo lo mejor posible, dejando a un lado sus intentos (tan persistentes como baldíos) de militarización de la Policía Municipal y viniéndo al lado de los que estamos con los agentes y con los vecinos.
(argazkia: www.noticiasdenavarra.com)
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