EUROPA Y LA CRISIS.

El Diario de Noticias de Navarra me publica hoy el siguiente artículo de opinión, que trata sobre cómo hacer frente a la crisis desde una perspectica europea.

Europa y la crisis

por Aritz Romeo . (*) Candidato navarro de Aralar de Europa de los Pueblos-Verdes

CUENTA la mitología griega que el dios Zeus, enamorado de la princesa fenicia Europa, quiso seducirla para poder llevársela con él. Así, estando Europa jugando en la playa, Zeus se transformó en un bello toro enjabonado para ganarse su confianza. Con su actitud mansa, el dios consiguió que la hija de Agenor le colocara un collar de flores al cuello y montara sobre su lomo. Entonces Zeus, una vez había engañado a Europa, se levantó y raptó a la princesa llevándola a la isla de Creta, donde engendraron a Minos, Radamantis y Sarpenón.
La sociedad europea actual también ha sido, de alguna manera, embelesada y raptada por la mansa apariencia y los encantos de un dios mucho más terrenal que divino, como es el neocapitalismo económico. Sin embargo, como en la fábula de Samaniego, las ricas mieles de determinados elementos del sistema económico capitalista han supuesto una trampa mortal para el propio sistema. Y eso es lo que estamos viviendo con la crisis económica en la que estamos sumergidos todos. Crisis en la cual quienes están sufriendo de manera más grave sus consecuencias negativas son las personas que menos recursos tienen, por un lado y los trabajadores por otro, que están siendo objeto de los tristemente famosos expedientes de regulación de empleo.
Las recetas que tanto desde el Gobierno de Madrid como desde el Gobierno de Navarra se están aplicando contra la crisis han demostrado ser profundamente ineficaces. Por un lado, Zapatero, y por el otro, Sanz, están aplicando las mismas recetas de la derecha. Recetas que pueden resumirse en la desviación de recursos públicos para reflotar el sector de la construcción. No está en la agenda política del PSOE ni del PP frenar una tasa de destrucción de empleo que dobla la tasa europea. No está entre sus planes dirigir políticas de creación de empleo ni siquiera políticas llamadas a parar el progresivo deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores. A pesar de que día a día ven cómo desde el Palacio de Diputación se autorizan Eres que los dejan en la calle, sin trabajo, y por lo tanto, una situación familiar complicada a la hora de afrontar el pago de las llamadas cargas familiares o la hipoteca de la vivienda donde habitan. En esa situación de precariedad laboral y económica se están quedando miles de familias. Y es nuestro deber dar soluciones a esas familias. Y a eso pretende dirigirse este escrito. A aportar cuatro ideas básicas planteadas desde una perspectiva europea contra la crisis.
El proceso de construcción europea debe dar un giro hacia lo social. Así, la primera idea consiste en apostar por crear la Europa de los trabajadores. No podemos permitir que se plantee, siquiera, un debate sobre la ampliación de la jornada laboral a las 65 horas semanales, tal y como ha ocurrido en el Parlamento Europeo en el mandato que ahora termina.
Hay que articular respuestas a esta crisis desde la perspectiva de una Europa social que establezca un marco de relaciones laborales europeas de mínimos, para garantizar que todas las personas trabajadoras de la UE lo harán en unas mínimas condiciones de dignidad desde una mayor estabilidad en el empleo, con una distribución equitativa del trabajo y con la creación de políticas comunitarias tendentes a la creación de empleo de calidad. Condiciones que lo serían con carácter básico, teniendo que ser obligatoriamente mejoradas por los Estados, y no pudiendo de ninguna manera suponer un empeoramiento de las condiciones de las relaciones de trabajo que existen hoy en los 27 Estados de la Unión. La carta europea de Derechos Laborales será la base del marco vasco de relaciones laborales.
La segunda idea se debe resumir en dos palabras: derechos sociales. Necesitamos blindar y mejorar la sociedad del bienestar como una de las características más importantes de las políticas comunitarias y como una característica propia de la UE. Y ahí entran en juego las políticas sociales, que deben tener igualmente un marco de mínimos en la Unión Europea. Por eso sería de importancia la promulgación de una Carta Europea de Derechos Sociales con contenidos básicos así como la creación de un Fondo Europeo para la atención a los desfavorecidos, destinando, por otro lado, el 1% del presupuesto de la UE a programas de solidaridad comunitaria.
La tercera idea está llamada a crear otro tipo de economías que se basen, por un lado, en la creación de empleo de calidad, y por otro en la potenciación de otros sectores económicos más allá de la construcción y la obra pública, entre los que son fundamentales el de I+D+i, con especial ahínco en la I de Innovación, porque salir de la crisis e innovar son sinónimos. Asimismo en el ámbito de la Política Agraria Común, deberíamos reorientar el sector primario uniéndolo a un modelo de desarrollo ambiental sostenible, pues la orientación ecológica de la agricultura, la ganadería y la pesca puede ser una gran fuente de creación de empleo.
Y la cuarta idea consiste en la construcción en Europa de un espacio mundial de desarrollo sostenible basado en la defensa de la Tierra y del Medio Ambiente: ahondando en un modelo de desarrollo respetuoso con el medio ambiente. Europa debe cumplir los compromisos adquiridos para reducir los niveles de CO2 y apostar por las fuentes de energías renovables.
Cuatro ideas básicas que deben partir de tener presente que la actual crisis ha herido de muerte las estructuras del sistema económico hasta ahora vigente, y ha invalidado el modelo neocapitalista. Lo ha hecho de manera tal que después de esto nada volverá a ser como antes. Todo en cuanto al modelo económico se refiere, será diferente. Por eso es necesario reinventar una nueva forma de organización económica para la sociedad europea, que será la puerta de salida a esta crisis y que deberá estar basado en la sostenibilidad y la solidaridad. Por eso es fundamental aportar nuestro granito de arena a la batalla ideológica que se está librando a nivel mundial y a nivel europeo. Y todo eso pasa construir una Europa basada en la justicia social.